La Objeción Fiscal a los gastos Militares representa la disposición a no colaborar con el Estado en los gastos de preparación de guerras y mantenimiento de la estructura militar, el ejército y otros cuerpos armados, desobedeciendo activamente en el momento de realizar la declaración de la renta (IRPF). Consiste técnicamente en desviar una parte de estos impuestos a un proyecto que trabaje en la defensa de un progreso social solidario y notificarlo al Ministerio de Hacienda. Puedes verlo de forma detallada en esta página: https://objecionfiscal.info/como-se-hace-2/
Es muy ilustrador este antiguo y corto vídeo en el que comprenderás porqué es necesario hacer la Objeción fiscal: https://www.youtube.com/watch?v=2A4_da57gjQ
Y hay razones para hacerlo.No sólo son 2.000 millones de euros de forma extraordinaria los que invertirá el actual gobierno en gasto militar sino una cifra redondeada de 60.000 millones de los cuales 16.000 millones corresponden al Ministerio de Defensa, otros 20.000 millones desgajados en otra partidas de otros ministerios como exteriores, ciencia, ayuda a ucrania.. (puedes verlo más detalladamente en este artículo de Juan Carlos Rois https://www.grupotortuga.com/Hacia-donde-se-encamina-el-gasto) y otros 24.000 millones que pagaremos como deuda acumulada de este gasto, lo que supone un total aproximado de 54.000 millones de euros.
Nos unimos a algunas de las propuestas que hace nuestro compañero Juan Carlos Rois en su artículo !Que viene la guerra! Por un pacifismo activo frente al miedo desmovilizador.
La guerra la hacen los ejércitos y sus armas y precisamente el boicot a toda la cadena de investigación, producción, comercio y utilización de armas, a toda la red de colaboración con la industria bélica, a toda la logística militar y de preparación de la guerra, a toda su financiación y a todos los centros de toma de decisiones sobre la guerra y su preparación, forma parte de la agenda que necesitamos ante la urgencia del clima bélico en construcción y así el desenmascaramiento de la mentira de la guerra, la sensibilización y el despertar de la lucidez de la sociedad al respecto y la construcción colectiva del camino de la paz más allá de la paz negativa o de la ausencia de la guerra.
En lo que se refiere a nuestra propuesta hacia el régimen de guerra la propuesta pacifista debe tener un marcado carácter de resistencia radical a la guerra y no puede apostar por el desarme (quitar armas y elaborar pactos militares de paz fría) sino por la desmilitarización y el trans-arme entendido como provocación de procesos de construcción de alternativas de seguridad basadas en la cooperación-noviolencia. No basta con quitar poder a lo militar, si en paralelo no transformamos nuestras sociedades hacia la idea y la práctica de la paz positiva.
Por otra parte, y como afirma el antimilitarismo, la guerra se hace aquí en todo su ciclo de preparación-difusión y aquí tenemos un evidente campo de acción para pararla.
No te quedes parada, movilízate.